RESUMEN
Los cambios en la sociedad global promueven innovaciones en todo ámbito de la vida del hombre, aunque no siempre sean beneficiados sus designios. No obstante, la búsqueda incesante de prodigar un mundo sin desesperanzas, ni miserias, vuelca las acciones humanas hacia un permanente accionar cuyo deseo es contribuir a construir mejores y promisorios futuros. Educación para todos, que promueva la igualdad de condiciones y que provea los escenarios reales para la vida humana.
Las reflexiones sobre el paradigma de la formación por competencias en la educación superior y el modo cómo se ha gestado su diseño con los incesantes cambios y evolución del conocimiento, del contexto y pertinencia cultural, avizoran nuevas necesidades de innovación en los desempeños humanos que beneficien las cualidades y calidades humanas en los sistemas de educación y sus niveles de intereses constitutivos.
Este ensayo es un primer paso hacia reflexiones incesantes que cada responsable del diseño curricular debe tener presente, para promover futuros perfectibles al permanente movimiento, cambio y evaluación, retroalimentando las identidades reales del quehacer profesional para ennoblecer la vida humana y atesorar promesas que sustenten un mundo mejor.
Conceptos Claves: Competencias – Formación Universitaria – Trascendencia – Intereses Constitutivos.
Por: BRIDE FUGELLIE[1]
ELISA RODRÍGUEZ[2]
ANDREA YUPANQUI[3]
PUNTA ARENAS, CHILE
Septiembre, 2007
COMPETENCIAS Y FORMACIÓN UNIVERSITARIA
Introducción
Los cambios evidentes en la sociedad global conllevan innovaciones en todos los campos que atañen a la vida de los hombres. Es así que todo cambio genera cambios y con ello, no siempre son beneficiados los designios del hombre. No obstante, la búsqueda incesante de prodigar un mundo sin desesperanzas, ni miserias, vuelca las acciones humanas hacia permanentes acciones cuyo deseo es contribuir de algún modo, a construir mejores y promisorios futuros esperanzados. Fuentes de trabajo y educación para todos, son pregones que divulgan que se geste y genere, en igualdad de condiciones, una forma de educar que provea las condiciones con un real sentido para la vida humana, vida que han de merecer todos y cada uno de los habitantes de este planeta.
Organizaciones mundiales, por ende, han redoblado sus esfuerzos por diseñar planes de desarrollo estratégicamente enmarcados en el campo de la educación. Luego y con la intensificación de los incesantes cambios y evolución del conocimiento, ciertas culturas, sobretodo en América Latina, como México y en Europa: Francia y España, avizoran nuevas necesidades de innovación en los desempeños humanos que beneficien las cualidades y calidades humanas en los sistemas de educación.
Al respecto, las iniciativas en Chile apuntan a un desarrollo importante del tema:
“La adopción del enfoque de competencias en la educación superior nace de la necesidad de responder más adecuadamente al cambio social y tecnológico, como también a la organización del trabajo para adaptarse al cambio” (Corvalán, O. y Hawes G, 2005).
La postura obliga a replantear la formación superior, en pos de responder a los entornos cada vez más cambiantes; Chile debe desarrollar estrategias que permitan conectar los procesos formativos y la actuación profesional.
El Concepto Competencias
El permanecer en puestos de trabajo que dignifiquen la realidad del hombre, compromete actualmente al mundo educativo, y lo desafía a esbozar currículas que conjuguen saberes fundados en la integralidad del ser persona.
Nacen, entonces, en la década de los años 70, nuevas formaciones que estructuran saberes conformados por saberes puros combinados en su ejecución, con la convivencia de trabajos mancomunados para su mayor efectividad funcional y personal, surgiendo así el tema de las competencias en educación.
El término competencia proviene del latín competentĭa, y la Real Academia Española señala que es relativo a “pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado”[4].
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, competencia se define como:
“Capacidad para responder exitosamente a una demanda, tarea o problema complejos movilizando y combinando recursos personales (cognitivos y no cognitivos) y del entorno” (OECD, 2005).
Hoy existen numerosas connotaciones para el concepto de competencias, sin embargo, es posible advertir en las conceptualizaciones ciertos elementos que son característicos en su definición: En primer término confluyen los conocimientos, los procedimientos y las actitudes; otro aspecto señala que sólo se definen con respecto a su aplicación en un desempeño, un tercer punto dice relación con la experiencia, que es importante como medio de constatación y evaluación, y finalmente el contexto, el que define en cierto modo la eficacia del desempeño; ello explica que una competencia puede ser evidenciada dependiendo del contexto en que se aplica (Corvalán y Hawes, 2005).
Habermas, plantea una idea muy interesante y donde es posible encontrar un paralelo con el tema de competencias. Expone que existen tres tipos de intereses, señalando que
“…estos intereses u orientaciones son constitutivos del conocimiento porque configuran lo que se consideran objetos y tipos de conocimientos…” (Habermas, J., 1971)
Dichos saberes no sólo se refieren al pensamiento, sino que implican acciones. Habermas, entonces, define: intereses técnicos, prácticos y críticos.
El primero de ellos (técnico) está basado en la necesidad de supervivencia, tanto en su vertiente reproductivo-biológica, como al aspecto social. Este saber tiene correspondencia con las competencias básicas; los intereses prácticos se corresponden con las competencias técnicas por cuanto se los define como:
“un interés fundamental para comprender el ambiente mediante la interacción, basado en una interpretación consensuada del significado” (Grundy, 1987)
En tanto, los intereses críticos se relacionan con las competencias transversales o genéricas, ya que ambas se basan en asumir una postura, comportamientos y actitudes generales, de índole valórica, propias de una persona autónoma y con responsabilidad individual. Estas relaciones se muestran en la figura Nº 1 (ver Pág. 5).
De esta manera, las autoras del presente ensayo han construido la siguiente definición de competencia:
“Competencia es la capacidad del sujeto para movilizar conocimientos, procedimientos y actitudes, aplicadas a diferentes situaciones, tanto cotidianas como profesionales, con la finalidad de aportar a la calidad de su vida personal y de la sociedad”.
Figura Nº 1: Intereses Constitutivos y Tipos de Competencias Fuente: Adaptado de Habermas (1971).
Enfoque De Competencias Y Educación Superior
Las distintas organizaciones educacionales y los distintos niveles que la componen, congregan esfuerzos por educar y conforman redes de articulación para cada una de las especialidades que las corresponden.
La educación superior universitaria ha resuelto la tarea de ser el pilar desde la formación de sus bases educativas: generadores de nuevos formadores por competencias que proveerán los cambios, desde la educación inicial, hasta pretender una formación permanente necesaria para la vida de cada ciudadano.
Un enfoque de formación basado en competencias responde por una parte a escenarios actuales donde quien desempeña un trabajo, debe tener la capacidad de prever o resolver los problemas que se le presentan; y por otro lado, responder a las investigaciones sobre el aprendizaje y, por tanto, el enfoque formativo propone una organización que favorece los aprendizajes significativos y duraderos.
Las universidades han de ser entidades que certifiquen ser instituciones competentes desde sus currículos, con cada uno de sus propósitos y agentes formadores. Tarea ardua, pero ya consciente de elevar los rumbos en consonancia con una sociedad de integrantes que la conforman y equilibran sus sueños con caracteres efectivos.
La Universidad promueve, actualmente, programas educativos planificados en conjunto con sectores productivos y sociales para elaborar esquemas en sintonía con las necesidades del entorno.
“En la economía actual global actual, la capacidad para contratar, desarrollar y mantener a trabajadores cualificados resulta esencial para el crecimiento y el desempeño empresarial. El hecho de garantizar que los trabajadores cuenten hoy en día con las competencias y capacidades para llevar a cabo su trabajo de un modo eficaz los beneficia a ellos, a las empresas y a la sociedad en general. (...) los programas de capacitación resultan más eficaces cuando son capaces de fortalecer las capacidades de actuación de los trabajadores en mercados cada vez más innovadores y competitivos…” (Ferry, D., 2004)[5].
Es así como resulta imprescindible para la educación superior actual adaptarse a los rigurosos escenarios actuales, no sólo por las motivaciones económicas que mueven las decisiones empresariales, sino también, por la necesidad de favorecer la gestación de nuevas generaciones de profesionales acordes a los procesos de cambio social, cultural, laboral y tecnológico, donde se requieren sujetos que sean capaces de dar respuesta a las nuevas exigencias de manera integral y efectiva.
De esta manera se va configurando la necesidad agregada de reordenar y actualizar la formación y el perfeccionamiento de los formadores, lo que se hace evidente cuando se analizan las nuevas demandas de calificación que requiere la práctica docente.
“Antes, la actividad principal del formador se solía concentrar en la transmisión de los conocimientos técnicos. Con la reordenación de los nuevos reglamentos de formación profesional pasa a ocupar un primer plano la adquisición de la competencia de acción profesional” (Tippelt y Amoros, 2000).
Perrenoud destaca que la profesionalización del docente implica “incidir con fuerza en la parte profesional de la formación, más allá del dominio de los contenidos que hay que transmitir” (Perrenoud, 2004)
Es así como resulta imprescindible que la docencia se ejerza con suma responsabilidad, ética profesional y contando con las competencias necesarias para practicarla. Este es el gran desafío para el magisterio en Chile.
Conclusiones
“América Latina vive un momento de cambios en la educación superior.
Es como si el impulso reformista de comienzos del siglo XX, y luego,
de los años sesenta, se hubiese agotado y el continente anduviese
ahora tras respuestas y soluciones para un conjunto
de nuevos problemas”.
(José Joaquín Brunner, 2000)
La importancia actual de las competencias radica en la necesidad de cambio para enfrentar las nuevas realidades de la sociedad actual. En estos nuevos y cambiantes contextos, las competencias que los individuos necesitan para alcanzar sus metas, tanto individuales como colectivas, se han ido complejizando cada vez más. Incluso, para los Ministros de Educación de la OECD, el desarrollo sustentable y la cohesión social de los países, dependen críticamente de las competencias de toda la población (OECD, 2005).
En síntesis, la calidad y equidad que tanto requiere la educación universitaria, en especial la de nuestro país, apela a una formación idónea, que considere el dominio de competencias indispensables para el desempeño satisfactorio en ambientes profesionales sometidos a cambios permanentes, altamente exigentes y competitivos. Estas competencias necesarias abordan por ejemplo las áreas de creatividad, preparación para el trabajo autónomo, espíritu emprendedor, flexibilidad ante situaciones emergentes, la actualización permanente, capacidad de trabajo en equipo, habilidades para comunicarse efectivamente, entre otras. Así también, estas competencias se exigen de parte de los formadores, quienes tienen a cargo dirigir los procesos de enseñanza-aprendizaje y son los actores educativos que deben demostrar un desempeño acorde a lo exigido a sus alumnos. Claramente, el currículo actual debe ser sometido a evaluación constante para promover y generar estos cambios.
Bibliografía
Brunner, J. (2000). Educación superior y desarrollo en el nuevo contexto latinoamericano. [versión electrónica]. Revista de la Educación Superior Chilena. Recuperado el 12 de Septiembre de 2007, de http://www.mecesup.cl/mecesup1/difusion/revista/revista1B.pdf
Catalana, A.; Avolio de Cols, S. y Sladogna, M. (2004). Diseño Curricular basado en Normas de Competencia, Buenos Aires, Argentina: BID.
Corvalán, O. y Hawes, G. (2005). Aplicación del Enfoque de Competencias en la construcción curricular de la Universidad de Talca, [versión electrónica]. Recuperado el 08 de Septiembre de 2007, de http://www.mecesup.cl/difusion/destacado/2005
Grundy, S. (1987). Producto o praxis del currículo. Madrid, España: Morata.
Habermas, J. (1971). La lógica de las ciencias sociales. Madrid, España: Tecnos.
OECD (2005). The definition and selection of key competencies: Executive summary. Paris, Francia: Autor.
Perrenoud, P. (2004). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Profesionalización y razón pedagógica. Barcelona, España: GRAÓ.
Portal Planeta Sedna (2007). Vida y Obra de Henry Ford, [versión electrónica]. Recuperado el 09 de Septiembre de 2007, de http://www.portalplanetasedna.com.ar/henry_ford.htm
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la Lengua Española. [versión electrónica]. Recuperado el 11 de Septiembre de 2007, de http://www.rae.es/
Tippelt, R. y Amoros, A. (2000). Formación de Formadores orientada a la Acción. Lima, Perú: Senati/Gtz/Dse.
Notas
[1] Educadora de Párvulos y Psicopedagoga, Licenciada en Educación, Académico Adjunto Departamento de Educación de la Universidad de Magallanes, bride.fugellie@umag.cl
[2] Educadora de Párvulos, Licenciada en Educación, Académico Adjunto Departamento de Educación de la Universidad de Magallanes, elisa.rodriguez@umag.cl
[3] Terapeuta Ocupacional, Licenciada en Ciencias de la Ocupación Humana, Académico Instructor Departamento de Cs. De la Salud de la Universidad de Magallanes, andrea.yupanqui@umag.cl
[4] Extractado del diccionario de la Real Academia Española. Ver www.rae.es
[5] Ferry, D. (2004) Presentación I. En A. Catalana; S. Avolio de Cols y M. Sladogna (Eds.). Diseño Curricular basado en Normas de Competencia (pp. 11-12). Buenos Aires, Argentina: BID.
Biografía:
Bride Fugellie Gezan, Licenciada en Educación con mención en Educación Parvularia, año de egreso 1993, Universidad de Magallanes; Postítulo en Psicopedagogía obtenido el año 2000 de la Universidad Católica de Antofagasta. Se desempeña desde 1997 en docencia universitaria en la Universidad de Magallanes en las carreras de Pedagogía con grado académico de Licenciados en Educación y como Psicopedagoga en equipos multidisciplinarios. Candidata a Magister en Educación con mención en Currículo de la Universidad de Magallanes.
Biografía:
Andrea Yupanqui Concha, se titula el año 2000 como Terapeuta Ocupacional y Licenciada en Ciencias de la Ocupación Humana en la Universidad de Chile. El año 2005 inicia su rol docente para la Carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad de Magallanes, y ante la necesidad de formarse en el ámbito pedagógico, ingresa el año 2006 a estudiar el Magíster en Educación con mención en Currículo que dicta la misma casa de estudios. Actualmente es docente instructor de la carrera y candidata a Magíster, encontrándose en proceso de elaboración de su tesis de grado.